Y aquella amarilla flor te entregue,
Y con ella la simpleza de mi ser. 
Un poema en el viento escribí, 
Una historia de amor calle. 

La sutil sonrisa del vivir,
La cruel verdad de lo que no fue. 
Aquel verso que en tu piel inspire,
A muerto en silencio y sin fe. 

La sombra que ilumina un querer,
Ojos que simplemente no ven. 
La verdad se burla sin saber,
Que amarte suficiente nuca fue. 

Hoy veo aquellas flores padecer
A las puertas de tus labios aquellos que tanto idolatre. 
Hoy muere la pasión en un tren que su único destino era aferrarse a lo mucho que te ame.